El Museo conmemorará el dolor por nuestro pasado y celebrará la esperanza por el futuro. En el edificio, esto se representa en el sentido procesional del recorrido que propone: variado, lleno de alternativas, pasando de la solemnidad de las salas a la libertad del espacio abierto en la cubierta. Es un recorrido ascendente, secuencial y emotivo entre el suelo y el cielo, entre el Parque de la Democracia y el paisaje de los Cerros Orientales.
Estos son algunos de los espacios que el visitante encontrará:
El Umbral de Acceso permite la continuación del Parque de la Democracia. Desde allí los visitantes encontrarán accesos directos a las salas de exposición, al Centro de Documentación del Archivo de Derechos Humanos, al teatro tipo Black-Box y a diferentes espacios de creación. De igual forma, podrán pasar al restaurante, al café, a la tienda del Museo y a la Biblioteca de la Paz, que, en una primera etapa, contendrá archivos referidos al reciente proceso de paz firmado entre el Gobierno y las FARC.
El Museo tendrá en total seis salas de exhibición, de escala monumental. Serán espacios fluidos, llenos de transparencia. Allí, entre otras exposiciones, estará el guion museológico, que propone contar la historia del conflicto armado a través de las voces del cuerpo, el agua y la tierra. Actualmente se conciben hasta cuatro salas permanentes y dos temporales, estas últimas ubicadas en pisos 3 y 4.
El edificio del Museo tendrá un Centro de Documentación del Archivo de los Derechos Humanos y Memoria Histórica, donde se podrá consultar material sobre diferentes temas asociados al conflicto armado. Ese espacio, que reúne miles de voces y relatos poco conocidos, surge del mandato que ordenó al Centro Nacional de Memoria Histórica construir un archivo con documentos referidos a violaciones a los derechos humanos ocurridas durante la guerra. Para ese propósito, además del Centro de Documentación, ya existe una plataforma virtual donde se alojan los documentos en distintos formatos que se han recolectado hasta ahora.
El Museo tendrá espacios para la creación, el diálogo, la pedagogía y el encuentro. Con talleres, salas de reunión, un teatro tipo Black-Box bajo suelo y salas virtuales, se espera que los visitantes se acerquen a las historias que allí se narran y participen de actividades artísticas y culturales que los comprometan con la transformación del país.
Un microcosmos montañoso permitirá a los visitantes sentir la energía de la ciudad y la belleza del paisaje de los cerros y la sabana, disfrutar el sol y los atardeceres, encontrarse, conversar, leer y encontrar rincones para el silencio. El espacio abierto de la cubierta, concebido como un gran memorial urbano, permitirá vivir y recorrer el Museo. Balcones cubiertos, espacios de confinamiento, terrazas hacia los Cerros, planos inclinados y pequeñas zonas de descanso harán que el Museo cambie continuamente, se transforme por sus visitantes y se afiance en la memoria colectiva del país.
El Museo es un logro de las víctimas y de la sociedad
Con más de 50 espacios, es más que un Museo
Antes de terminar la construcción, ponemos a prueba sus contenidos