Cantadoras de Pogue
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Cantadoras de Pogue es el primer volumen de Voces de resistencia, un proyecto multimedia que buscar exaltar la tradición del alabao en las comunidades afrodescendientes del Chocó. Este capítulo reúne canciones, fotos, textos y un documental que cuentan la historia de las cantadoras de Pogue, en un corregimiento de Bojayá, en el Atrato medio. El alabao es una tradición ancestral, donde una persona pone un canto a capella y los demás contestan y entonan el coro.
Para estas comunidades, cuando no se alaba a un muerto su alma queda condenada a quedarse en el mundo de los vivos. Hay alabaos mayores, que van dedicados a Dios, a la Virgen y a los santos: “La virgen se azara mucho / cuando un alma va pa’ allá / dicen que ha llegado un alma / sin Dios mandarla a llamar”. Y hay alabaos menores, que hablar de características del difunto: “Que el padre Jorge Luis Maso iba para Quibdó / y llegando a Las Mercedes una panga lo mató / él era humanitario / la panga que lo mató / era la de los paracos”.
Voces de resistencia es un proyecto audiovisual de la Universidad Icesi de Cali, financiado por la Fundación Ford, que busca visibilizar y fortalecer procesos organizativos de mujeres afrodescendientes.
En la orilla occidental del río Atrato ocurrió uno de los momentos más terribles de la guerra en Colombia. El 2 de mayo de 2002 la historia del municipio de Bojayá, Chocó, cambió para siempre. Alrededor de las 11 de la mañana, empezó un enfrentamiento entre paramilitares el frente 58 de las FARC y hombres paramilitares del bloque Élmer Cárdenas de las AUC que duraría desde el 20 de abril hasta el 7 de mayo. Los habitantes del municipio se refugiaron en la iglesia, donde fue arrojadalos guerrilleros arrojaron una pipeta de gas que explotó y de inmediato redujo el edificio a escombros.
En total, 98 personas murieron, 79 de ellas, como consecuencia directa de la explosión, 13, en medio de los enfrentamientos de los días anteriores y posteriores a la destrucción de la iglesia. Durante los ocho años siguientes, seis personas más que estuvieron expuestas a la explosión murieron de cáncer.
Más de la mitad eran niños y niñas. Los sobrevivientes tuvieron que enterrar a sus muertos con prisa y en fosas improvisadas. No hubo tiempo para un ritual con cantos.
Los alabaos de Bojayá se transformaron después de la masacre. Cobraron más fuerza y se volvieron una forma de resistencia. Treinta mujeres y tres hombres formaron el grupo de “Cantadoras y cantadores de Pogue”. Ya no solo cantan los alabaos religiosos aprendidos de sus padres, madres y abuelos, sino que también componen alabaos nuevos, donde honran a sus muertos y denuncian el abandono de un Estado que los dejó a merced de la guerra. En 2016, durante la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno Nacional y las FARC, en Cartagena, cantaron: “La paz todos queremos / y en especial los colombianos / al Presidente le pedimos / cuidado con engañarnos”.