Relicarios
- Erika Diettes
- Obra
- Contexto
Durante siete años, Erika Diettes recorrió diferentes zonas del país en búsqueda de objetos atesorados por familiares de víctimas del conflicto armado. Le donaron una enorme variedad de objetos personales como ropa, juguetes, joyas, documentos y fotografías. Diettes sumergió estas donaciones en un material transparente y viscoso llamado tripolimero de caucho para formar una serie de cubos que, como los relicarios, protegen la memoria de los ausentes.
En noviembre de 2016, se exhibieron los 165 relicarios en el Museo de Antioquia de Medellín. Diettes los organizó en filas sobre el piso, como tumbas en un cementerio. Dos días antes de la inauguración, los familiares de las víctimas asistieron a la exposición en compañía de un grupo de apoyo psicosocial que los acompañó durante todo el proceso de la obra. Como parte del acto simbólico, Diettes le entregó a cada familia una fotografía de su relicario.
Las consecuencias que ha dejado el conflicto armado colombiano son difíciles de medir. Sin embargo, se calcula que de 1985 al 2012 el saldo de personas asesinadas asciende a más de 220.000, de las cuales el 80% han sido civiles. Sin embargo, el desarrollo del conflicto no ha sido nunca uniforme, temporal ni regional. Durante la década de 1980 y principios de 1990 la crudeza de la guerra creció por cuenta de los carteles de la droga. Una vez Pablo Escobar fue dado de baja, el negocio del narcotráfico quedó en manos de las guerrillas y los paramilitares, lo que contribuyó a que se encendiera el conflicto entre grupos armados desde 1996 al 2005. En total, una tercera parte de los municipios del país ha vivido de cerca la realidad de la guerra, pero sobre todo en la áreas rurales.