Embera Chamí
- Rosemberg Sandoval
- Obra
- Contexto
Embera Chamí es una escultura estremecedora. Se vale del impacto que produce ver una prenda de uso cotidiano en el campo colombiano atravesada muchas veces por astillas de hueso afiladas. Sandoval convierte las botas de caucho en un ícono al utilizar medios tradicionales de exhibición como el pedestal y la urna de cristal para exaltar este objeto. También hace referencia directa al cuerpo que sufre la guerra a diario y evoca las cruentas imágenes que se reproducen en las noticias.
El conflicto armado colombiano ha afectado las zonas rurales del país en gran medida. Sus habitantes, campesinos e indígenas, han sido blanco para el asesinato, las masacres, la extorsión, la desaparición forzada, el desplazamiento, el reclutamiento, los cultivos ilícitos, las minas antipersonal, entre otros. Tan solo en el 2012, fueron desplazados 12.304 indígenas y 104 fueron asesinados. Las cifras son alarmantes porque el control de la tierra ha sido algo fundamental en la lucha entre grupos armados. Con el desarrollo del conflicto, el campo y las zonas selváticas han servido de refugio y de terreno para el cultivo, procesamiento y tráfico de droga. Ante esta realidad, se hizo necesaria e indispensable una política pública que reparara a las víctimas: La Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, uno de los ejes centrales del gobierno de Juan Manuel Santos. A través de ésta “se dictan medidas de atención, asistencia y reparación integral a las víctimas del conflicto armado interno”