Cementerio/Jardín Vertical
- María Fernanda Cardoso
- Obra
- Contexto
Las siluetas de una serie de tumbas están dibujadas sobre una pared. De los dibujos salen ramos de flores artificiales blancas. Están clavadas sobre la superficie, son brotes asimétricos que recuerdan el rito funerario de dejar coronas o ramos de flores en los cementerios para conmemorar a los muertos. Cementerio/Jardín vertical es una instalación agradable de ver; las flores de plástico invaden el espacio de a pocos, como lo hacen en las casas de muchos colombianos. Sin embargo, estas flores también evocan y esconden la frivolidad de la muerte.
Las consecuencias que ha dejado el conflicto armado que vive Colombia hace más de medio siglo son difíciles de medir. Sin embargo, se calcula que de 1985 al 2012 el saldo de personas asesinadas asciende a más de 220.000, de las cuales el 80% han sido civiles. Sin embargo, el desarrollo del conflicto no ha sido nunca uniforme, ni temporal ni regionalmente. Durante la década de 1980 y principios de 1990 la crudeza de la guerra creció por cuenta de los carteles de la droga. Una vez Pablo Escobar fue dado de baja en 1993, el negocio del narcotráfico quedó en manos de guerrillas, paramilitares y grupos de narcotraficantes que se fortalecieron a partir de la caída de los grandes carteles, lo cual contribuyó a incrementar la confrontación entre grupos armados desde 1996. En total, una tercera parte de los municipios del país ha vivido de cerca la realidad de la guerra, especialmente la población civil de áreas rurales.